Las gafas que marcaron la historia
RAY BAN WAYFARER
El modelo Wayfarer de Ray-Ban y el famoseo han mantenido un
idilio prácticamente ininterrumpido durante décadas -desde que Raymond Stegeman
diseñara en 1952, con este nombre, las que pasarían a la historia como las
primeras gafas de sol de pasta-. Desde la década de los cincuenta hasta
nuestros días, el anhelo de vestir unas Ray-Ban Wayfarer (con la promesa de
conseguir el look más ‘enrollado’, una distinción y un estilo a prueba de
tendencias y modas a lo largo de los años) ha seducido a infinidad de famosos.
Las Wayfarer consiguieron algo muy difícil: convertirse en unas gafas de sol
famosas para la gente conocida, así como
para la gente corriente. Su diseño trapezoidal, inconfundible y tantas veces
imitado, podía verse en los rostros de adolescentes americanos, everyday
people, y en la persona más famosa de la Tierra -el presidente de los Estados
Unidos, JFK-. Era transgeneracional, como puede apreciarse en las promociones
de los años cincuenta, con madres e hijas vistiendo sus respectivas Wayfarer.
Pero empecemos por el principio. Los años cincuenta en
América significaron mucho: la Segunda Guerra Mundial había terminado, y en el
país de los pioneros no había nada que reconstruir (a diferencia de lo que
pasaba en la arrasada Europa). Al contrario, eran tiempos de recuperación
económica, optimismo e incluso cierta euforia. La sociedad de consumo empezaba
ya a consolidarse, con el American Way of Life como forma de vida aceptada, en
el que lo cotidiano significaba gozar de todas las comodidades que la industria
ponía a disposición de las familias medias. En 1955 se inauguró Disneyland en
California; tres años después, se creaba la NASA. Estábamos en los años del
rock and roll, y en los de películas como “Cantando bajo la lluvia” (1952),
“Rebelde sin Causa” (1955) o “Vértigo” (1958). Precisamente, el James Dean de
la película de Nicholas Ray fue uno de los primeros en desfilar con un modelo
Wayfarer.
GENTE MODERNA WAYFARER
Luego llegaron los sesenta: un antes y un después. Fueron
los años en los que la segunda ola feminista empezaba a tomar cartas en el
asunto de la liberación de la mujer -en 1963, por ejemplo, sería enviada la
primera fémina al espacio, la rusa Valentina Tereshkova-. Además de decenio de
los hippies y del Verano del Amor, este tiempo supuso la irrupción de Ray-Ban
Wayfarer en el mercado femenino, donde se transformaron en un complemento chic
e imprescindible de la mujer libre y contemporánea, tan bien representada por
Audrey Hepburn en “Desayuno con diamantes” (1961). Eso sí, las responsables de
estas tendencias eran famosas del calibre de Marilyn Monroe, que no dudó en
incluirlas dentro de sus estilismos cotidianos. Se dice también que Kim Novak
-la musa de Alfred Hitchcock- las lucía, esplendorosa, en la Costa Azul
francesa.
Otros iconos culturales mostraron su querencia por estas
gafas de sol: famosos de Hollywood como Cary Grant, artistas como Andy Warhol y
músicos grandes como Roy Orbison (aunque en su imagen mas famosa no luce un
modelo de esta marca). Una cierta sensación de peligro, modernidad y dinamismo
era lo que irradiaban quienes llevaban el modelo más famoso de Ray-Ban: a su
vez, las gafas de la gente moderna. Las que te hacían estar por delante, de
alguna manera.
LAS GAFAS DE SOL DE LOS FAMOSOS
Ese peligro atrajo, igualmente, a modelos menos famosos pero
no menos representativos en la cultura popular, como los beatniks que
influyeron decisivamente en actitudes estéticas como la de Patti Smith -ya en
los años setenta-. Otra estrella (del rock, en este caso), que rescató las
famosas gafas de sol. A finales de aquella década, Ray-Ban siguió alimentando
el mito con modelos como Debbie Harry -cantante de Blondie– o con los Blues
Brothers de John Belushi y Dan Aykroyd. The Blues Brothers fue un número
musical que, entre 1975 y 1979, Belushi y Aykroyd crearon para el programa de
televisión Saturday Night Live. Ambos actores (auténticos showmen) vestían de
negro, con las inconfundibles Ray-Ban Wayfarer aportando el toque cool. Eran
total.
Risky Business” (1983), la cinta que lanzó al estrellato a
Tom Cruise, internacionalizó aún más la marca Ray-Ban, que en aquella época ya
era la firma de gafas de sol por excelencia y sin discusión (¿cómo olvidar el
cartel de la película, con un jovencísimo Cruise dejando ver sus ojos por encima
de sus Wayfarer?). En la década de los ochenta, Michael Jackson y Madonna
harían el resto (una promoción bestial, claro): el rey del pop se las puso
durante la promoción de su álbum “Bad”, mientras que la ambición rubia salió
con sus Ray-Ban Wayfarer en “Buscando a Susan desesperadamente” (1985), la
película de Susan Seidelman con la que debutó en el cine.
El protagonismo de las gafas de sol de pasta sería imparable
desde entonces, sumando una estela de famosos que en los ochenta -y más
adelante, hasta alcanzar el siglo XXI- se rindieron al encanto del modelo:
desde Don Johnson, a Johnny Marr (del grupo The Smiths), pasando por Johnny
Depp, David Beckham, Jude Law, Orlando Bloom…

FUENTE:GOOGLE
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